martes, 13 de febrero de 2007

Que el mundo quiere que te sientas fea.

El último post de El Hibernante me transportó inmediatamente, por el tópico en común, a un antiguo post mío en www.herodeando.blogspot.com. Con mínimas revisiones, copio y pego a continuación:

Así es mujer, el Sistema quiere que vayas a comprar ropa y no encuentres nada de tu talle, que tengas que gastar los zapatos buscando un pantalón o una remerita en las que quepa un cuerpo sano (¿no debería ser el bienestar físico nuestro parámetro en lugar de la aguja de la balanza?). El mundo quiere que tu femenina mirada le tenga terror a los espejos y a otras miradas, que hagas el amor en penumbras para que no se vea ese maldito principio de celulitis, que comas mal y estés ansiosa a toda hora, que desees con desesperación un chocolate que podrías comprar pero que engorda, que no hagas un striptease por miedo al ridículo. Así vamos. Antes los escuálidos eran los que no tenían para comer, ahora son los ricos que pueden pagarse la liposucción o el personal trainer. La vida es un panqueque sin dulce de leche. ¿Sabés por qué?Porque el Sistema siempre se las ingenia para instalar, en todas partes (en todas partes) algún tipo de aristocracia: la aristocracia de los flacos, la de los que pueden tener el televisor plano y gigante, la de los que pueden pagar las primeras filas de los teatros, la de los cultos, la de... ¿Sabés por qué? Porque la satisfacción de los pocos nace de la insatisfacción de los muchos. Porque la moda vive de la envidia y por eso se buscan paradigmas estéticos inalcanzables. Porque una entidad indeterminada, el monstruo social, quiere que tengamos la mente ocupada en lo que no tenemos en lugar de en lo que sí tenemos. El Sistema es invisible pero gravita en todos: vivimos haciendo, pensando y lo más grave, sintiendo por receta o inercia o imitación o método y no por deseo ¿será la mala herencia del cine y la literatura?. O serán nuestros antepasados monos encriptados en nuestro ADN, esos micos que por falta de espejos se pasan la vida imitándose los unos a los otros.
Te dirán que estás fea, que sin el celular con la cámara digital incorporada la vida es aburrida o simplemente no es vida, que sin el auto O - K - M y la casa linda y un largo etcétera... Quizás pases tu vida persiguiendo una utopía, eternamente ansiosa (desde siempre y hasta siempre). Los inconformistas del fin de los tiempos: eso somos. En una de esas lo consigas y te des cuenta de que... todavía no has dejado la línea de partida, has estado como perro persiguiéndose la cola en el mismo sitio. No les creas, mienten.Y cuando sientas que ese terrón de azúcar en el café es un exceso calórico, pensá en Botero.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ignacio, vamos vamos !
que si sos hombre, con o sin sistema no te involucrarias con una realmente fea....
hipocresías no por favor!

Ignacio dijo...

Mujer, te asombrarías de mis gustos estéticos... definitivamente no son siempre bellezas convencionales.

Desde luego que a mí no me parecen feas... sólo que alguien a quien le gusta la pintura del renacimiento no siempre aprecia el cubismo, ¿me explico? Y nos hay a quienes nos gustan las dos cosas y los hay a quienes les gusta sólo lo que hubo del cubismo a esta parte... insisto, la belleza está más en los ojos del que mira que en el mirado (o tal vez tenga que estar en los dos lados? o tal vez es algo abstracto que se posa cada tanto sobre los objetos y las personas). Lo que sé es que, definitivamente, la belleza no es inequívoca y la fealdad tampoco.

El Hibernante dijo...

Touchè

Anónimo dijo...

Muy bueno el post. Habria que distribuirlo entre muchas mujeres... ( y algunos hombres tambien,eh!!)

Fabiana dijo...

Siempre habrá gente mas o menos linda que uno. Le pasa a la chica del consultorio, a la verdulera de la esquina, y a Angeline Jolie, seguramente.
Alguna vez me dijeron que era "linda reversible", porque era linda por fuera y por dentro.
El mejor piropo, por lejos.
Lo lindo igual se vá, esa otra clase de belleza, permanece.
Esa es la que quiero.

Anónimo dijo...

Muy bueno el Post!!!... mi nombre es Mauro, y seguramente apareceré como anónimo, como el/la primero/a que hizo un comentario... pero sepan diferenciarnos... pues lo único que molesta es que luego de este tipo de pensamiento plasmado en la escritura y colocado en un lugar público, aparezcan personas como "Anonimo" (el otro) y hagan esos comentarios sin sentido; y peor aún es cuando no entienden de lo que estas hablando o expresando y digan que eres un hipócrita. Personas como "Anónimo" (el otro), sin duda, es de los que han estado y seguirán estando como un perro persiguiéndose la cola.